miércoles, 11 de septiembre de 2013

Haru haru. (Una historia que contar)

 Complicada, así podría describirse la vida de esa joven. Aquella que sufre por amor en silencio… Tenía dieciséis años, vivía con su madre y su hermana en Estados Unidos, luego de que sus padres se divorciaran y su madre no se quedara con más que un departamento en Nueva York.

Le gustaba caminar hacia el instituto, pues decía que era relajante. Se acoplo muy bien a sus compañeros, pero nunca cambio su estilo, ni su música. Cuanto adoraba su música… La música para ella lo era todo, desde que sufrió la desilusión del amor…

- ¡Prométeme que te sentaras a mi lado este año, otra vez! - caminaban hacia el salón de clases, ella y sus tres amigas, Jessica, Helen y Miley.
-Claro. Este… solo por curiosidad, ¿sabes si Joshua estará este año con nosotras?
-Sí…
-Gracias.

 Entraron al salón de clases, había muchas caras nuevas, pero Yuri no presto atención en ninguna. No quería encontrarse con aquellos ojos.

Tomó asiento en su lugar habitual, pues a final de cuentas ese era el último año y ya estaba acostumbrada al lugar. Tomaron las clases, se presentaron a los nuevos, pero Yuri tenía su mente en blanco y no se dio cuenta de aquellos ojos que la miraban.
- ¿Quien es ella? - preguntó Víctor al compañero de al lado justo cuando la chica se presentaba ante la clase.
- Es la coreanita, se llama Yuri.

 Víctor era un estudiante nuevo, que justamente empezó a establecer amistades con Joshua a lo largo del día. Una vez en el receso, Yuri caminaba deprisa con sus amigas, tratando de evitar encontrarse con los ojos que la miraban fijamente. Ella desvió la mirada sonrojada.

- ¡Hey, Joshua! La coreanita parece ser bonita.

- Lo es.

 Justo ahora viene a fijarse en ella, justo cuando ella intenta con todas sus fuerzas olvidarlo.


- A ver, ¿A quién viste tu hoy, Jessica? - como de costumbre, las amigas se juntaban a hacer tareas de tarde y a platicar sobre los chicos o cualquier suceso interesante para ellas. Pero Yuri no tenía nada que decir.

- Bueno Helen, mis bellos ojitos vieron hoy… a Víctor. Ese niño sí que está lindo - las chicas rieron y comentaron al respecto.
- Y tú Yuri, ¿Además de a Joshua a quien más miraste?

- ¿Joshua?

- Sí, Joshua.

- ¿Vas a negar que te morías de felicidad al verlo sentado a tu lado?

-  ¿A mi lado? - Yuri trato de recordar, pero a decir verdad, ni ella misma sabía en que había estado pensando esta mañana. Le atacó un dolor de cabeza…

 Otra semana más, Las clases se iban poniendo difíciles, las amigas seguían juntándose, pero Yuri tenía un nuevo compañero de estudió después de las cinco de la tarde.

 Se reunía con Joshua a estudiar en su casa, pues ya hablaban otra vez. Yuri se controlaba a la perfección, pues ya Joshua no la hacía temblar como antes, pero en cuanto a él, le costaba concentrase mientras la miraba. Sus cabellos negras, su piel, sus ojos…


- Pues… Ya terminamos por hoy.
- Gracias, ¿te llevo a tu casa? Tengo las llaves hoy.

- Gracias.

 En el trayecto hablaron de música, pues a él le intrigaba ese estilo y lenguaje tan extraño. Le pidió que le tradujera unas cuantas palabras, pero a decir verdad nunca se acordó de ninguna.

 Dejó a la muchacha en su casa, y se marchó.

 Los días iban pasando, quedaban ya solo tres meses de clases antes de navidad y dos antes del cumpleaños de Yuri.

- ¿Te parece si vamos de compra hoy? - las amigas planeaban salir de compras.

- Claro, ¿A las tres?

- Sí.
- Yuri, ¿te apuntas?

- Claro.




 Esa mañana, fría y desalentadora, la chica no quería asistir al instituto, pues presentía que algo estaba por sucederle, por lo que se quedó en cama. Pero su madre le obligó a ir, así que se olvidó de sus caprichos y se puso el uniforme del instituto. Tomó un abrigo y un gorro y partió.
Adoraba caminar, excepto cuando el calor o el frío aparecían en exceso.

Su corazón latía desbocadamente, no encontraba el motivo, pero se sentía asustada. A solo una esquina del instituto, divisó la silueta de Joshua. El Corazón le dio un vuelco, pero seguía caminando. ¿Por qué iba a tener miedo de Joshua?

- ¡Yuri! - dijo su nombre. Ella se estremeció, lo miró y camino despacio hacia él.

- Hola.

- Quiero decirte algo…

- Vamos, se hace tarde.---Ella comenzó a caminar, él la miró mientras se alejaba unos cuantos pasos de él.  La tomo de una mano y la giró hacia sí. La besó. Ella abrió grande los ojos, forcejeó, pero se dejo llevar…

Se besaron, sintieron la magia del amor, ella acepto de una vez por todas que no lo había olvidado, que todo el tiempo solo ignoraba el sentimiento. Pero estaban demasiado cerca, lo bastante como para que Víctor estallara en celos y sus amigas la vieran y se sintieran felices…

- Se mi novia…

- Yo… - las lágrimas corrían cuesta abajo por su rostro. Cuantas veces soñó con el momento…

 Novios, fueron novios, la pareja más hermosa que los ojos pudiesen ver… Se amaban.

 Ya todo era oficial, tanto en sus casas como en el instituto. Se juntaban todas las tardes a hacer las tareas, iban al cine o de paseo los sábados.

- ¿Qué te parece si viajamos a tu país para tu cumpleaños?

- Falta un mes…

- No importa.

- Está bien.

- ¿Te parece si mañana vamos al lago?

- Claro.

- Nos iremos después de clases.

- Okey.

- Te pasaré a buscar.

- Le avisaré a mamá.

 Se abrazaban, besos en la frente, en las mejillas, mil te quiero, millones de te amo, esperanza, futuro y destino…

 La muchacha pidió el permiso, fue al instituto, tomó sus clases, sintió el típico dolor de cabeza, pero lo soportó en silencio. Las lágrimas cayeron de sus ojos, pues el dolor era insoportable. Ella mintió diciendo que se acordó de alguien fallecido.

 Una vez en su casa, buscó su ropa, se vistió y sentó frente a la portátil a ver su drama favorito en lo que el tiempo pasaba y llegara la hora de partir.

- Estás muy linda - le dijo él. Ella asintió sonrojada.
 Esa tarde cerca del lago disfrutaron de la mutua compañía, se tomaron fotos, se abrazaron, jugaron, se sentaron a contemplar el lago y se besaron.

- Quiero darte algo para que nunca me olvides.

- ¿Qué cosa?

 Primero le dio un beso en la frente y la abrazó y le susurró algo al oído. Ella se sonrojó y lo abrazó fuerte, estaba realmente feliz de haber escuchado esa palabra de sus labios.

- Tienes que jurarme que solo te lo quitaras cuando dejes de amarme… - le dijo después poniéndole en la mano derecha un anillo. Una simple sortija, que para ella fue la joya más bella del mundo.

- Te juro que nunca me la quitare.

 Él la miró a los ojos y le dijo:

- Prométeme que nunca me olvidaras…



- Hola Yuri.


- Hola Miley, ¿Qué pasa?

- ¿Crees qué este domingo puedan venir al cine con nosotras?

- Dudo que Joshua pueda… tiene compromiso con su padre.

- Oh, ¿pero puedes venir tu?

- Claro.

 Se junto esa tarde con sus amigas y platico un rato con estas sobre lo bien que iba su relación… Ella volvió a su casa sintiendo un pequeño dolor de cabeza nuevamente.

 El dolor de cabeza se hizo cada vez más fuerte, por lo que la muchacha desistió de la idea de mantenerlos en secreto y contárselo a su madre.

- Hoy cuando salgas del instituto iras al médico, toma el dinero, yo tengo que salir con tu hermana, necesito hacer unas diligencias para mejorar nuestra economía, cuídate.

- Gracias mamá.

 Fue al instituto, todo mundo comenzó a comentar y a afirmar que sí estaba más rebajada, que su cabello había cambiado. Pensaron que había enfermado por causa de la ausencia de Joshua de hace apenas dos días.

Fue al hospital, se hizo los exámenes y se sentó en la sala de espera hasta que sus resultados estuvieran listos.

- Kim Yuri, sus resultados están listos.---le anunció la secretaria.

- Gracias.

Tomó el sobre y comenzó a leer los resultados caminando por el pasillo hacia la puerta de salida, donde precisamente se encontraba Víctor.

Ella, al darse cuenta de lo que tenía, sufrió un desmayo y cayó al suelo. Víctor la cargo y la llevo a urgencias, donde el doctor al leer los resultados abrió los ojos como platos… Ella era tan joven…

- ¿Qué es lo que tiene, doctor?---el médico le contestó, Víctor tomó la misma expresión de sorpresa, pero con más nostalgia. De sus ojos cayeron las lágrimas. Caminó hacia ella, tomó una de sus manos y la apretó entre las suyas…

 Al despertarse, ella se encontró con los ojos de Víctor, se le salieron las lágrimas al tiempo que le decía:

- No le digas nada, por favor, no le digas nada. Ayúdame, por favor.---Él la abrazó fuerte y lloró junto a ella.

- ¿Qué quieres que haga?






 Duraron ella y Víctor el mismo tiempo que Joshua estaría fuera, una semana sin ir al instituto, sin contestar las llamadas, sin visitar a los amigos…

- ¿Dónde está Yuri? - preguntó Joshua a sus amigas al ver la tardanza de la chica que nunca llegaba tarde a clases.

- No lo sabemos, ella y Víctor tienen una semana sin venir a clase y la madre de Yuri nos dijo que ellos estaban de vacaciones en su país visitando a alguien y que estarían de regreso hoy.

- ¿Ellos?

- Ay vienen - anunció Helen.

Víctor y Yuri entraron al salón tomados de la mano. Se sentaron los dos juntos e ignoraron los ojos desorbitados que los miraban.

- ¡Yuri!

- Déjala - intervino Víctor hablando fuerte - Ahora está conmigo.

El corazón de Joshua dio un vuelco, la miro, pero ella desvió la mirada. El profesor entró, por lo que Joshua fue a tomar asiento.

 Unas tres semanas más, la misma historia, al parecer el amor que ella había jurado solo era una fantasía. Eso pensó él. Faltaban solo cinco días para el cumpleaños de la muchacha, Joshua decidido a saber la verdad se acercó a ella y le reclamó.

- ¡Dime que esto es solo una broma pesada!

- Lo siento - dijo y la voz se le quebró.

- ¡Yuri! ¿Qué estás haciendo? - le reclamó otra vez, pero ella no contestó, solo comenzó a llorar y a tragarse las mil palabras que quería decirle. Pero se contuvo, no quería verlo sufrir más de lo que sufría justo ahora… Él la sacudió. Demasiado fuerte, demasiado fuerte como para ella soportarlo, pues estaba débil y aunque solo fue una simple sacudida, la sintió como un temblor en su cabeza y se desmayó en sus brazos.

Víctor, que salía del instituto los vio. Retiro a la muchacha de los brazos de quien se suponía era su amigo. Ella despertó en un jadeo, la llevó hasta el autobús, frente a Joshua, donde ella quitándose el anillo frente a Joshua le dijo a Víctor:
- Tómalo, le juré que lo llevaría hasta que lo amara, si sigue viéndolo en mí mano no desistirá, guárdalo… - Con el dolor de su alma, le entrego el anillo a Víctor, subió al autobús que la llevaría a su casa y se marchó.

Detrás de Víctor, Joshua prendido en ira se acercó y comenzó a replicarle:

- ¡Se supone que eres mi amigo! ¡¿Por qué ella?! ¡¿Por qué?!

- No tengo porque hablar contigo…

- ¡Oh, si tienes! ¡Por tu culpa ella me ha dejado atrás!

- ¿Qué? ¿Acaso no te cabe la idea de que ella me prefiere a mí?

- ¡Cállate!

- Entiéndelo, ¡ella ya no te ama! - le dijo tocándole fuerte la frente con el dedo a Joshua. Este liberó su ira y lo golpeó.
Se fueron a los golpes, sus otros amigos se acercaron a separarlos. Salieron agredidos todos, pero lograron separarlos. Dejaron a Víctor solo y dejaron a Joshua en su casa.

Joshua con el corazón hecho añicos, se metió al baño, dejó que el agua callera sobre él. Golpeó el espejo con el puño y lo agrieto. Salió de la ducha, se sentó en un sofá a pensar, pero la rabia lo consumió nuevamente, por lo que se paró y comenzó a estrellar todo los que se encontraba a su alcance.

Lloró, gritó, siguió rompiéndolo todo en su cuarto, mientras su madre desesperada tocaba su puerta en un intento por saber que le pasaba.

- ¿Por qué Dios? - dijo. - ¿Por qué ahora que la amaba tanto? ¿Por qué? Te seguiré amando, Yuri. Día a Día, te seguiré amando no importa que pase… Día a Día…

Duró allí dos días encerrado. Salió, fue en busca de sus amigos. Se planteó que iba a encontrarla, que le haría decirle la verdad. La buscó por todas partes. Recordó el lugar que ella visitaba cuando se sentía deprimida, fue a buscarla allí. Sus amigos le acompañaron, pues ya no les quedaba de otra.

No la encontró, busco en todos los rincones del lugar, pero no estaba allí. Bajo al estacionamiento, subió al auto de su amigo y tiró la vista alrededor hasta dar con aquellos
ojos negros que tanto ansiaba ver. Estaba con Víctor, quien al verlo sonrió y poso un brazo tras el cuello de la chica y sonrió.

Joshua salió del auto, caminó hacia el de Víctor. Golpeó con el puño fuerte la parte delantera del auto y comenzó a preguntarle a la chica, que a pesar de tratar de sonreír, sus ojos le decían todo lo contrario.

- ¡Júrame que no me amas! ¡Mírame a los ojos y dime que no me amas! ¡Vamos! ¡Dilo! ¡Dime que no me amas!

La muchacha sentía la presión en la cabeza, su corazón destruido palpitaba fuertemente, deseaba correr a sus brazos, pero se contuvo y le grito con los ojos llenos de lágrimas:

- ¡No! ¡No te amo! ¡Déjame en paz! ¡Ve y vive tu vida y déjame a mí mo…!

- ¡Déjala en paz! - la interrumpió Víctor justo a tiempo - ¿Qué no vez que ya no quiere nada de ti? ¡Hazle caso y lárgate!

 Joshua con el corazón partido en millones de pedacitos se alejo. Tanto ella como él estaban destrozados.
 Un día después, en la mañana, Yuri tomó un mechón de sus cabellos en las manos, lo acarició y este se le quedó en las manos. Fue quitándolos uno por uno, las lágrimas caían una y otra vez de sus ojos. Se metió a la ducha, dejo que el agua le callera de la cabeza a los pies mientras ella lloraba su dolor. Al salir de la ducha, se vistió, cubrió su cabeza con un gorro y llamó a Víctor. Faltaba solo dos días para su operación y para su cumpleaños, ella necesitaba hablar con Joshua antes de que ese día llegara.

- ¿Pasa algo?
- Por favor devuélvele el anillo y dile la verdad, dile que lo amo, por favor. No importa lo que pase dile la verdad Víctor. - Le rogaba Yuri aferrada a su camisa. - Dile la verdad.

- Yuri…

La muchacha le pidió a Víctor que la llevara a su casa, que no quería morir cerca de su madre, su hermana o de Joshua. Lloró hasta quedarse dormida en los brazos de Víctor, quien se la llevó lejos de su casa, pero sí cerca del hospital.


- Espero que esto sea lo correcto, Yuri.

- Lo es.



11 noviembre…

- ¡Hey! D.J. ¿no es ese Víctor?

 El muchacho se bajo del auto cuando Daniel le señaló a Víctor entrando al hospital. Los otros se bajaron también y lo siguieron.

- ¡Hey, Víctor! ¿A dónde has llevado a Yuri?
- Ella está dentro.

- ¿Qué tiene?

- Entra y pregúntale tu mismo.

Víctor los llevó a la habitación, sonde Yuri los recibió con una sonrisa. Al verla, los muchachos notaron lo cambiada que estaba la chica.

- ¿Dónde está Joshua? - preguntó con ojos estrellados. Al ver que nadie le contestó, se sintió inquieta y miró fijamente a Víctor.

- ¿Crees qué a él le gustaría estar aquí después de todo lo que le dijiste?

- ¿Pero…? ¿No le importó saber que…? ¡Víctor! ¿Acaso no le has dicho nada? - preguntó desesperada.

- Lo siento… - dijo este bajando la mirada y saliendo de la habitación.

- ¿Qué ocurre? - quiso saber Samuel.

 La muchacha comenzó a contar su historia. Los muchachos quedaron en blanco al darse cuenta del porqué de todos los cambios de la chica. Las lágrimas cayeron por su rostro una vez más. Se sentía defraudada, Víctor le había fallado.

 Comenzó a llorar y a decir que quería ver a Joshua, pero el doctor entro en ese mismo instante.

- Lo siento señorita, pero ya es hora.

D.J. Salió de la habitación corriendo. Él era el mejor amigo de Joshua y necesitaba decirle la verdad antes de que Yuri entrara a la sala de cirugías.

Tomó el ascensor, saco el celular, marcó el numero de su amigo y esperó a que este contestara.

- Aló.

- Tienes que venir al hospital, Yuri…

- ¿Qué le pasa?

- Joshua, Yuri tiene cáncer en el area del cerebro. La van a… está por entrar en la sala de cirugías…

Joshua dejó caer la mandíbula, abrió los ojos como platos y comenzó a la carrera para llegar al hospital.

Corrió hasta que las fuerzas se le agotaron, abrió de un portazo las puertas del hospital, corrió por los pasillos en busca de la habitación, que al entrar encontró vacía. Las lágrimas se deslizaron por su rostro y gritó su nombre.

Caminó desesperado hacia la sala de cirugías, y mientras lo hacía se encontró con Víctor allí. Tenía planeado pasarle de largo, pero Víctor lo tomó por la muñeca y entregándole el anillo de Yuri le dijo:

- Perdón, te mentí, ella solo te amaba a ti...

El corazón le palpitaba fuerte, entró a la sala de espera donde se encontró con sus amigos.

Del otro lado de la puerta, acostada en la camilla, Yuri comenzó a recordar cada momento al lado de Joshua. El primer beso. Las noches en el cine, las tardes de estudio y el último día de felicidad juntos en el lago, las foto, los abrazos, las bromas, su sonrisa y aquella palabra que la hizo sentir viva.

- Saranghaeyo Yuri… - dijo Joshua del otro lado de la puerta. Sí, esa había sido la palabra que él le había dicho al oído, la palabra que escucho Yuri otra vez mientras estaba recordando aquellos momentos.

- Naega saranghaeyo Joshua… - dijo con lágrimas en los ojos recordando la sonrisa de Joshua y murió…

Las puertas se abrieron, el doctor empujaba hacia afuera la camilla con el cuerpo inmóvil de Yuri. Joshua sujetó la camilla y apretó las manos en torno a la baranda, mientras el doctor le explicaba a Daniel y a Samuel que había muerto antes de que ellos comenzaran, pero que mencionó algo en un lenguaje extraño.
- Saranghaeyo… - repitió Joshua con lágrimas en los ojos cayendo de rodillas frente a la camilla.

- Sí, eso ha dicho…

 Con el corazón destrozado, un hueco incurable en el pecho y lágrimas en los ojos, Joshua le dijo a Yuri sus últimas palabras

- ¡Oh, girl! Yo lloro y lloroI cry, cry.. ¡You're my all! Say Goodbye, bye... ¡Oh, my love! ¡Don't Lie, lie! ¡You're.. my heart! Say goodbye....
Fin...

sábado, 3 de agosto de 2013

Una historia sin importancia.

Era un joven con poca experiencia en la vida, sin saber nada de ella, empezando a penas el camino del amor, pero ya con una herida en su corazón que lo traía mal, y que no le hacia continuar en su vida. Trato y trato de curar la herida, nada le funcionaba, mientras que su experiencia iba aumentando de forma acelerada, las fechas pasaban, y de la nada llego a hablar con el una joven muchacha, dulce, pero fría, intrigante, diferente a muchas otras. El joven quiso hacer que fueran amigos, pero a la vez no quería, su corazón solo le daba espacio para un dolor, y no le dejaba salir de su mundo interior. La joven muchacha extrañada por un comportamiento inusual se podría decir, quizás fue eso, quizás no, pero varios días después decidió volverle a hablar, esta vez el decidió continuar un poco mas la conversación, y se dio cuenta de un aire de misterio que ella tenia, se decidió a conocerla a fondo, puesto a que con solo conocerla poco ya le agradaba, mucha oscuridad entorno a ella iba desapareciendo, el joven alumbra con una luz de curiosidad, que era alimentada por la muchacha tenia. Noches de desvelo, y días enteros de largas conversaciones, el joven la conoció totalmente, pero en cambio ella, nunca lo comprendió, ni se lo conoció del todo, el es todo un misterio, un laberinto que ni el mismo podría descifrar, y que al parecer siempre quedara en confusión, para el, y quien intente comprenderlo. La cosa se puso mal, llego un punto en que peleaban y peleaban, culpa de el, sus celos, su furia simplemente ser un amigo, sin darse cuenta, cayo en el juego del amor de nuevo, cada vez mas la deseaba, la quería, a su lado y no en el de alguien mas, su amor era grande, que hasta comparo la vida de el, y esta quedo pequeña. El por ella luchaba, el solo la quería cuidar, pues le dio algo que nunca nadie le pudo dar, si quiera causa de la herida de su corazón. Paz, una paz que lo calmaba, lo relajaba, era algo que nunca supo por que, pero sabia que ella merecía todo y mas, así que le ofreció su vida entera para estar con ella, sus sueños para ni en ellos dejarla ni descuidarla y, sus brazos para protegerla y darle un lugar seguro. Sin pensarlo el se enfrentaba contra quien quisiera hacerle daño, cualquier obstáculo lo superaba, dejaba todo sin pensarlo por solo verla, todo eso consciente de correr un riesgo... Un día ella se marcharía... Ella lo acepto, lo recibió y aun ella dijo: "Si es así espero no perderte, pues prometo nunca irme". El sonrió, sus ojos brillaron, y desde ese día así por celos el peleará, ni que en su realidad lo hicieran sufrir, nada podría quitarle esa sonrisa al recordar que tenia a la reina de su vida. Mas tiempo paso, la sonrisa ni mutuo, cada vez mas se daba cuanta de que se acostumbraba a ella, a su voz y ternura. Todo marcho bien, hasta un mes, el mes mas negro para el.Empezando el mes un conflicto descomunal, el con mas miedo que nunca a perderla, pero con un orgullo que solo por ella dejaba a un lado, paso la semana, la cosa no mejoraba, solo empeoraba, y todo por su culpa, metió la pata mas de 3 veces en esa semana, su miedo creció y se descontrolo. No le hablo otra por miedo a empeorar todo... Hasta esa noche que no aguanto, dejo su orgullo y fue a arreglar todo, de rodillas llego y le hablo, pero al conocerla tan bien supo que algo estaba mal. Le pregunto que pasaba y nada. No le dijo absolutamente nada. Ya lo sabia, el amor el lo mato. Ella solo acepto su propuesta sin decir nada, la relación termino, en el joven todo en paz por fuera, por dentro descontrol, decidido le pregunto: "¿que fue lo que paso?", casi le obligo a darle una respuesta, la muchacha contesto: "el amor ya murió, todo se acabo ya no queda nada, así pasa", se fue no dijo mas que buenas noches. 2 días después el con la herida mas grande que antes sin saber que pasaba hablo con una muy amiga de ella, y se entero, todo iba mal, ella pensó que todo estaba mal, y que a principios de mes o antes terminaron, y decidió emparejar a la muchacha con otro, al parecer la semana que no se hablaron fue donde ocurrió. El sin decir nada solo se fue, esta vez ni un adiós se escucho, ahora con la herida mas grande que nunca, ahora con una confusión peor el por un mundo sin nada vaga y camina buscando la solución, buscando paz y buscando poder entenderse mejor.

sábado, 27 de abril de 2013

Un poema para ti.

Escribí un poema y lo lance al aire
Y como las palabras se las lleva el viento
Solo tendré que esperar a que lleguen a ti con el tiempo
Mientras el viento sopla hacia el ocaso
En mi mente tu nombre retumba
Hacia tu sombra me acerco paso a paso
Pero así es mi vida, te vas alejando al paso de la penumbra
Aun las circunstancias no he de rendirme en tu búsqueda
Para encontrarte a ti mi mayor inspiración

Diosa celeste, de personalidad intrigante
De ojos marrones e hipnotizantes
Y de un alma excelente
Con su belleza, que nunca desaparece, es permanente
Como su mente, ninguna otra
Encanta con una voz de ángel
Que distrae y a su vez a trae
Mi atención, va directo a tus ojos
Refleja un futuro incierto que a veces cae
Solo soy un enamorado perdido y loco
Que vaga en un mundo buscando ser salvado
Eres tu mi única salvación
Mi luz entre tinieblas, y la funda de mi ira.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Tinieblas.


Se me ha perdido la luna, ya va tiempo en que no la veo, ella se esta escondiendo de mi, o, simplemente yo me escondo de ella, da igual se que si la veo en ella veré tu reflejo, que deseo verlo, a la vez que se de que estas lejos, me hace mal, saber que en estos momentos no estas junto a mi, que es como si te hubieras marchado, aun así yo sabiendo de ti, pero sin saber si tu de mi, estoy en la sombra, estoy oculto, te siento a lo lejos, y el pasar de la noche me hace recordarte, esa inspiración única que me das, saber que fecha es la que pasa, saber que hora es y que con cada paso que doy, posiblemente mas me alejo de ti.

Me hundo en aguas de tiniebla, solo permaneciendo consciente por el amor que tengo hacia ti. Pasa el mes y ya estas en cumpleaños  me siento mas que incompetente, saber que estoy mas lejos que nunca, saber que no puedo abrazarte, mirarte y felicitarte, quizás solo escribo esto como una manera de revindicar el no estar allí  junto a ti, pero se que no vale, sigo caminando y así mas y mas te voy perdiendo, ya no siento nada mas, voy perdiendo poco a poco mis emociones, ya solo veo tu imagen en la luna, y veo poco la luna, ya mi mente se va vaciando, pero aun así, en mi pecho se siente ese amor cálido  ese que es para ti, aunque me vaya hundiendo, siempre te voy amar, es algo que por naturaleza sucede, no lo controlo, no lo desee, paso por algo, pero así como llegaste, vas marchando, haga lo que haga no lo puedo detener, lo retraso en lo mínimo  aun así, mis piernas siguen dando pasos, sin saber a donde me lleva, lo único seguro es que este donde este, te voy amar.