Con el café pasa igual que con el ron que es el primer trago el más amargo, aún así para mí el último trago del café es tan amargo y vacío, es igual que el café de tus ojos al mirarlos y darme cuenta de que miran algo más, tan amargo y difícil de aceptar, tanta la distancia que hay, mayormente se está lejos por mi forma de pensar, te alejas más y más con cada segundo en el que me pongo a sobrepensar. Lejanía la mía con la luna, lejanía mía a la de tus labios, cercanía de mi deseo a tu sombra, poesía esa mirada cruzándose con la mía, ojos café que me despiertan, lengua de oro al decir mi nombre que compra mi tiempo para solo escucharte, labios de mi pasión a qué sabrán tus besos aquellos que no tengo.
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