miércoles, 24 de abril de 2024

Borrador

 Con el café pasa igual que con el ron que es el primer trago el más amargo, aún así para mí el último trago del café es tan amargo y vacío, es igual que el café de tus ojos al mirarlos y darme cuenta de que miran algo más, tan amargo y difícil de aceptar, tanta la distancia que hay, mayormente se está lejos por mi forma de pensar, te alejas más y más con cada segundo en el que me pongo a sobrepensar. Lejanía la mía con la luna, lejanía mía a la de tus labios, cercanía de mi deseo a tu sombra, poesía esa mirada cruzándose con la mía, ojos café que me despiertan, lengua de oro al decir mi nombre que compra mi tiempo para solo escucharte, labios de mi pasión a qué sabrán tus besos aquellos que no tengo.

miércoles, 10 de abril de 2024

Registros

 - El sol que nace 

La noche que huye

De tu sonrisa 


- De tu sonrisa 

La noche que huye

El sol que nace


- En noches frías

Tu me das calidez 

Oh soledad



- Luz de la luna

Sonrisa encantadora 

 Realidad


- Nube del cielo

Los pájaros volando

Su atardecer


- Aún te espero

El dulce recuerdo

Ya no vendrás



Tus ojos negros

De piel tan delicada

Enamorame


Una salida

Con la libertad propia

País sin dueño

domingo, 18 de febrero de 2024

Una noche de invierno

Ha pasado mucho, mis manos tiemblan aunque escribir siempre es algo que esta en mi mente, siempre ando pensando en ello, la verdad le temo más a  mi autocritica que a otra cosa por eso vivo escribiendo pero borrando cada vez todo, quizás en lo profundo de mi mente aun se guarden aquellas líneas donde digo tanto de aquello que en mi imaginación es tan vivido, pero acá ando nuevamente en medio de una noche donde los arboles no suenan, no hay viento que traiga su presencia entre el sonar y la luna oculta por nubes solo dejando un tenue brillo para dar presencia. Es una noche oscura, silenciosa y abrumadora tan fría para recordar que se esta en invierno, pero tan mía pues me deja escucharme y deja que las palabras hablen en medio del conticinio.

Ha pasado tanto, no tiempo, pero si ha pasado mucho, a veces encerrado en el mundo que vivo donde se me es siempre más fácil el comunicar a un sistema operativo a través de líneas de código que con palabras a alguien más lo que llevo por dentro. Despojado de mis sueños vuelven nuevamente a inquietarme, están de vuelta mostrando mis deseos y dejándome el vacío al despertar, tan reales que me dejan confundido. 

Si quieres escribir solo enciérrate con el mayor dolor que tengas, deja que la tristeza y el sufrimiento hablen, es más sencillo así que en felicidad cuando deseas vivir el efímero sentir de la alegría, quizás por ello el escritor es encasillado en ese arquetipo de ebrio y solitario, es difícil de lidiar con emociones tan pesadas y vividas, aquellos instantes donde se detiene todo y la mayor paz y emoción llegan, donde no tiemblo pero no coordino mis acciones. Huyendo nuevamente pues he sobre-pensado tanto, he llegado tan lejos viendo todo desde acá entonces ¿para qué detenerme?

Hay mucho por decir, pero nadie que escuche, ¿es cierto?

Tengo que enseñar tanto, pero ¿quien lo verá?

¿Que es lo que detiene a una mente? Hay una realidad afuera que es tan ficticia como las historias que escribo, tan distorsionada como los sueños extraños con los que me encuentro pero tan única como la mirada que diviso entre tantas personas, aquella que me dice ve por todo.

Quizás no he sido lo que he querido, pero mantengo aquello que desde tan joven me marco, "Soy un titán, más allá de un Dios, quizás no logres escuchar de mí en historias sino hasta que logras entenderla y ver lo profunda que es la manera en que aquellos a los que la historia les trata de Dioses se vieron influenciados por mí, por eso soy inmortal, soy un titán si gustas Griego o si deseas más allá de ellos" ¿por qué lo dije y para que? ¿Aún lo recordaran? Ni yo se bien si fueron esas palabras, el tiempo cambia los recuerdos, si es que alguna vez existieron pero aun así la esencia de esas simples palabras que resonaron en mi mente y estructure para dar tal explicación están siempre presentes y me persiguen.

En un mundo donde vivo, sabiendo que la única realidad que puedo tener no es la que imagino pero si la que guío con mis acciones, sigo escribiendo aunque nadie me lea, aunque me cueste, aún así vuelvo al blog donde se que mi pensar se desvanece entre cada palabra que se digitaliza en la pantalla y se va para quedar allí hasta que ni yo mismo recuerde alguna parte de ello.

jueves, 27 de julio de 2023

Existencia

 En tan pocos años de existencia en un universo tan antiguo, una vida humana que no es más que un momento entre el cosmos, he sabido bien que los más ambiciosos son aquellos que ya están muertos, quisieron ir por todo y terminaron muertos por nada.

En este laberinto de sueños y realidades, los anhelos de los más ambiciosos parecen destellantes estrellas fugaces que se apagan en el firmamento del tiempo. Atrapados en la búsqueda incesante de riquezas, poder y reconocimiento, se extravían en un océano sin fin de deseos insaciables.

Observo cómo las huellas de aquellos que se lanzaron audazmente hacia lo desconocido quedan impresas en la historia. Sus logros y fracasos, sus éxitos y derrotas, se entrelazan formando una red de experiencias que trascienden el tiempo y el espacio.

Yace la advertencia para aquellos que miran con ojos llenos de codicia y desmesura. ¿Qué importa amasar fortunas si no somos capaces de disfrutar de la simplicidad de un atardecer o la calidez de un abrazo? ¿Qué valor tienen los tesoros terrenales si el corazón yace desolado en una búsqueda sin fin?

Los más sabios aprenden que la verdadera riqueza reside en los momentos compartidos, en la paz interior encontrada en medio de la tormenta, en la conexión con nuestros seres queridos y con el entorno que nos rodea. Son aquellos que no se dejan cegar por el brillo efímero de la ambición quienes descubren la belleza de la existencia en cada paso que dan.

En el torbellino de la vida, la sabiduría nos susurra al oído que no es necesario conquistarlo todo para sentirnos completos. Que el tesoro más preciado está en el corazón, en la capacidad de amar y ser amados, en la empatía y la compasión hacia nuestros semejantes.

Así, mientras las estrellas del cosmos continúan su danza eterna, aprendamos de los que dejaron un legado, de aquellos cuyos errores y aciertos nos enseñan valiosas lecciones. Que nuestras ambiciones estén guiadas por la humildad y el deseo de hacer del mundo un lugar mejor, no solo para nosotros, sino para todos aquellos que comparten este breve y asombroso momento en la vastedad del universo.

Que nuestras vidas sean una historia que inspire, que motive a otros a valorar lo esencial y a encontrar la plenitud en lo simple y genuino. Que en este efímero instante que compartimos, podamos dejar una huella significativa que trascienda a través del tiempo y hable de nuestra comprensión de la vida y de su verdadero significado.

En este viaje por la existencia, somos navegantes en un mar de posibilidades. Aprovechemos cada amanecer y atardecer, cada sonrisa y cada lágrima, como oportunidades para descubrir el propósito de nuestra breve y valiosa travesía. Y así, en el eterno ciclo de la vida, nuestra historia se entrelazará con las estrellas y perdurará como un recuerdo brillante en el corazón de quienes nos recuerden.

Plata y azul mar

 En el silencio de la noche, la luna se asoma entre las nubes, tiñendo el cielo de plata y azul oscuro. Las estrellas brillan como pequeñas chispas en la inmensidad del universo, sus destellos nos susurran secretos ancestrales. En este escenario mágico, me encuentro inmerso en mis pensamientos, como un náufrago en medio del océano de la existencia.

Las palabras fluyen como ríos desbordantes de sentimientos, buscando su camino hacia el papel en blanco. En cada línea, en cada verso, encuentro la libertad para expresar lo que mi corazón siente y mi mente imagina. Es como si las palabras fueran estrellas que danzan alrededor de mi pluma, formando constelaciones de ideas y sueños.

La noche me inspira, me lleva a lugares lejanos y desconocidos. Viajo a través de las palabras, cruzando fronteras imaginarias y explorando mundos inexplorados. Las letras se convierten en puentes que me llevan a tierras de fantasía, donde los dragones surcan los cielos y los héroes desafían su destino.

Pero también hay espacio para lo cotidiano, para lo humano. Las palabras se tornan cálidas y reconfortantes, como un abrazo en medio de la oscuridad. Puedo contar historias de amor, de amistad, de pérdida y de esperanza. Cada personaje, cada emoción, cobra vida en el lienzo de la narrativa.

Así, entre la luz de la luna y las sombras de la noche, sigo tejiendo mis relatos, dejando que la inspiración me guíe y que las palabras fluyan como un río inagotable. La escritura se convierte en un refugio, un santuario donde puedo dar vida a mis pensamientos más profundos y compartirlos contigo, mi compañero de letras y emociones.