Capítulo 2: Uroboros.
Camine alejándome del “Bosque
muerto” tanto como podía, no sé cuánto pude haber estado durmiendo, pero no
mucho al parecer, ya que solo con ver esa luna me había dado cuenta de que no
se movía en lo absoluto, permanecía inmóvil en ese “cielo”, el plano no cambiaba a medida que caminaba,
era algo más tenebroso que la primera vez que la vi.
Camine hasta volver a ver ese pueblo destruido, y
descuidado, observe a mí alrededor, y no divise nada que me pudiera ayudar a
conseguir más información, así que seguí de largo de nuevo a mi viaje. Aunque
algo diminuto, era distinto a todo lo demás en el pueblo, un símbolo peculiar,
que me llamo la atención, estaba en la puerta de una de las casa, casi no se
notaba, pero era algo que me distrajo, no le di demasiada importancia,
simplemente pudo haber sido coincidencia haberlo visto. Camine como nunca lo
había hecho estando vivo, camine hasta al fin poder salir de ese punto, y pude
ver como una inclinación leve se iba mostrando, y bajando se podía ver una
especie de árido desierto, tan ancho como extenso, largo como nada, no se podía
ver nada más que arena, y a lo lejos, una silueta de un árbol muerto, por la
distancia pude ver que era algo gigantesco, así que sin más camino por el cual
ir, fui casi inmediatamente hacia esa silueta, pero antes de partir, mire una
última vez ese lugar, con un poco de resentimiento por lo acontecido, y así me
encamine.
Mientras iba cambiando el suelo, de rocoso y duro, al suave
y arenoso suelo de ese desierto, el calor del ambiente iba aumentando, y un
soplido de abrazador calor hizo sentir que mi piel se derretía, ya era tarde de
arrepentirme, así que solo, avance concentrado en solo continuar, con el
silencio agobiándome, y una sin fin de memorias, que parecían no tener
significado, eran de mi vidas pasadas claro está, no tenía una idea clara de
que eran ni porque aparecían de repente sin más, aunque una imagen que cada vez
que salía me hacía recordar algo de esa, la última vida que tuve, era una joven
de belleza excesiva que veía en distintas ocasiones, pero no había una línea de
tiempo concreta, simplemente vagaban los recuerdos, no logre entender nada, ya
había avanzado un poco cuando tropecé con algo que estaba oculto en la arena.
Un viento caliente soplo nuevamente, con más intensidad y calor que la vez
anterior, levanto un poco de arena, el dolor en el momento fue insoportable,
pero no había de mas, tenía que soportarlo, viendo que era lo que se encontraba
a mis pies, no te un trozo de tela negra que sobresalía, era una capa, que
alguien llevaba puesta, pero ya era tarde para él, al parecer sucumbió al calor
de ese árido lugar y permanecía allí inmóvil, como los demás cuerpos del
pueblo, simplemente que este me lanzo una mirada vaga y de dolor, con sus ojos
secos quizás por el lugar, o por la arena, nunca sabré porque, pero esa mirada
intimidante me decía que iba a ser un duro camino, cuando iba a seguir
avanzando, una voz de la nada me dijo –“Agárralo, eres libre de hacerlo, estas
en el infierno, y es mejor que andar descubierto”- Un acontecimiento extraño,
sin nadie más que ese sujeto sin propósito y yo en los alrededores, pensé que
se trataba de algo más que un simple ser humano, solamente pensé: -“bueno, es
el infierno, tengo que acostumbrarme a los acontecimientos extraños.”- Decidí
hacer caso a ese consejo, y tome la capa negra, y al hacerlo me di de cuenta,
que no solo tenía la capa, si no también, una espada corta, algo rudimentaria,
no entendía para que querría algo, y caí de cuenta a lo que se refería la voz,
y de inmediato la agarre, y partí sin mirar atrás, con algo de remordimiento
por lo que hice, pero –“es el infierno, si él está allí es por algo, además no
debo titubear, si no, no lograre conseguir información.”- tenía que dejar a un
lado esos sentimientos humanos hasta por lo menos lograr mi meta, luego allí
decidirá la suerte que es lo que pasara.
Seguí caminando, ya alejado del cuerpo, y del pueblo estaba
frente a una leve colina de arena, intentado subir resoplo un viento de calor
infernal y devastador, sentía como me deshidrataba con solo sentir en aire que
tocaba mi piel, cansado y exhausto decidí sentarme en la sima de la colina,
pero de repente el árbol que tenía en frente desapareció, se esfumo como las
huellas que iba dejando, no daba credibilidad a lo que veía, pero era de
esperarse, me calme y trate de analizar todo, mirando el alrededor, tratando de
ver qué pasaba, pero todo era un desierto que se extendía y no parecía tener
fin, a mi derecha solamente se observaba arena, al igual que a mi izquierda y
frente de mí, y a mi espalda solamente el paisaje cambiaba, pues solo se veía
una lejana sombra de unos pequeños edificios. Por un momento mi mente callo
confusión y me altere, sentí frustración e ira, y de nuevo resoplo un viento
caluroso, este era aún más caliente que los anteriores y también duro más que
los anteriores. Aunque fue doloroso soportar eso, desearía que alguien pasara
por eso, si no fuera gracias a ese viento, no pudiera haber llegado hasta donde
estaba. Logre calmarme, intente poner en calma mi mente, pensar bien lo que
haría a partir de ese momento, o era tratar de regresar, sin saber si en algún
momento también podría perder de vista el pueblo y perderme, -“calmado,
calmado”- susurre para mí mismo. Si podía perderme de regreso, pues ya no daba
mucho si lo hacía siguiendo el mismo camino, me decidí debía seguir adelante.
Fue un duro camino, no lo niego no tenía un punto de referencia exacto
solamente iba hacia adelante, camine durante un buen rato hasta que volví a
tropezar, mi mente volvió al pánico, temía lo peor, había girado y regrese de
nuevo a donde estaba el cuerpo, no quise mirar, sentí cada vez más frustración.
Respire, me di una idea un poco alegre, “quizás solo sea la raíz de un árbol”,
algo que me costaba mucho creer, estaba en UN DESIERTO, pero aun por más loco
que pareciera, si fue así, era la raíz de un árbol, tenía duda de que estaba
cerca de ese árbol muerto, sentí alegría, y de inmediato me levante, camine más a prisa, iba a dar el siguiente paso en busca
de información cuando, volví a tropezar, pensé en voz alta -“mierda estoy más
en el suelo que parado”- a lo que un joven me respondió –“bueno así puedes ver
las cosas desde otro ángulo”- Me sorprendí al ver que quien me hablaba estaba
acostado casi enterrado en la arena, estaba muy tranquilo para alguien que se
encontraba en el infierno.
–“Tienes razón en algún punto”- Le dije.
–“Debes calmarte más,
igual, no eres más que un simple alma en pena”- Contesto con un tono algo
arrogante.
De una vez sin salir de mi mente la meta le dije –“En dónde
me encuentro?”-.
“Ya deberías saberlo, es el infierno”- contesto aun con ese
tono arrogante.
–“Si, pero que parte he cruzado el desierto y creo que me
perdí, además estoy buscando información”- dije.
Me miro por encima del hombro y me dijo. –“Ya perdiste la
cordura o qué? Acaso no sabes nada, no me hables de esas cosas, y me importa
mucho menos si estás perdido o no, ese es tu problema no el mío.”-
Seguí caminando con cuidado y no le preste más atención,
siguiendo las raíces pude ver como levemente iba bajando, hasta llegar a la
orilla de lo que parecía, una base subterránea. Era un cráter enorme, rodeado
de raíces, parecía una fortaleza natural, se podían ver personas acomodadas por
debajo, alrededor y algunas encima de las raíces gigantes de ese árbol, pero el
árbol solo llegaba hasta el inicio del tronco, -“y lo de más”- pensé. Saque una
pequeña hipótesis con lo que mis ojos podían ver, no era un corte “perfecto” ni
algo parecido así que no lo habían cortado en esa altura, además de que parecía que una parte por arriba de donde
desaparecía completamente estaba suspendida, era un pedazo de corteza no muy
grande, pero tampoco tan pequeño para no verle, era extraño, parecía que
estuviera rodeado de algún gas.
Pude ver una especie de escalera que estaba hecha con una de
las raíces, fui hasta ella y baje, al ir acercándome destaque un número
considerable de personas, más de las que había podido ver antes, sentía que
ahora conseguiría algo de información que me ayudara, estaba un poco contento,
y me decía a mí mismo -“Ya estás un paso más cerca de la meta, falta poco”- sin
imaginar cuan largo seria el camino hasta el final.
Bajando pude ver de nuevo el mismo símbolo que vi en la
puerta de esa casa al salir del pueblo, esta vez se distinguía mas, pero estaba
casi que oculto, disimulado junto con otros 8 símbolos distintos, pude
distinguir 4 de ellos, pero ese símbolo no me recordaba a mucho, simplemente un
vago recuerdo de haberlo visto y saber su significado, pero no estaba muy
seguro y tenía dudas.
Ya casi llegando al fondo del cráter me puse la capucha de
la capa, por la experiencia previa que había tenido no quería llamar mucho la
atención, y hacer el menor escándalo posible. Así empecé en la búsqueda de un
lugar donde podría tener suerte de buscar información, parecía ser que me
encontraba en algo que se podría decir “aldea”
y cerca del centro estaba un “bazar”,
fui acercándome para ese lugar, observando detalladamente mi alrededor, en
busca de una pista, y note que dos personas me miraron intrigadas al parecer
por mi aspecto, y note que no solo ellas dos, más adelante cerca del bazar otro me miro igual. Fui viendo stand por stand, escuchando cada cosa que decían, tratando de sacar
información, y ver donde podía conseguir, las pláticas eran algo extrañas, y no
le podía sacar nada ventajosas. Ya casi habiendo recorrido la mitad pude notar
que en un stand había un número un
poco inusual de personas, más que en los demás, se trataba de algo raro, estaba
viendo al parecer una especie de trueque, el sujeto estaba cambiando algo
parecido a una roca, a mí parecer mineral, me acerque a ver. Se podía escuchar
la voz de comerciante diciendo: -“Sé que no es fácil de conseguir pero no es
imposible, además yo no necesito de eso ni sé a quién venderle”- cuando se me
acerco alguien por la espalda, y me dijo simplemente: -“Uro”- Era un maníaco,
quizás, me confundió con otra persona tal, pero pude entender que era una
especie de clave, así que simplemente me fui del lugar, no quería un escándalo
si decía algo y me atacaba por sin motivo, mirando la cara de las personas a mi
alrededor, todas tenían caras largas, serias y de mal humor, apresure el paso y
seguí investigando.
-“Uro, uro, uro…”- esa palabra resonó en mis pensamientos un
tiempo, hasta que, al llegar a un stand,
vi algo escondido, de nuevo el símbolo “uro… uro…” un recuerdo llego de la
nada, -“Uroboro, el símbolo de la perfección”-, como no eso era, pero que
hacían símbolo en el infierno, y a que se querría referir con él.
El stand estaba
sin nadie cerca, y solo se veía que poseía un par de manuscritos a la vista,
una especie de mezcla quizás para generar fuego, y un poco de tela. Me acerque
y mire de por encima los manuscritos, eran solo historias de hallazgos del
siglo XVIII.
-“Le interesan alguno de ellos, son los más recientes
descubrimientos de la era”- me dijo el anciano.
-“Muchas gracias pero solo ando mirando, aunque no me
parecen muy recientes”- Le dije.
-“Oh ya veo, de una época superior, pues no creo que le
interese mucho lo que vea”- Me contesto el anciano.
Bajando un poco el tono y enseriando un poco, le dije –“Puede que
si haya algo, algo de perfección, o
algo parecido quizás de…”- mirándolo fijamente y bajando el tono de mi voz –“Uroboro”.
El anciano pareció un poco extrañado, y alterado, pero mantuvo
la calma al contestarme –“Si va a estar hablando cosas absurdas sin hacer una
oferta, entonces joven, se puede ir”-
Resignado me fui, ya al menos tenía algo, uroboro, y tenía un lugar al que podría
regresar luego. Primero tendría que ver si no encontraba algo más.
Fui a ver de nuevo bien la casa con el símbolo de uroboro que había visto al bajar las
escaleras, decidido fui, aunque estaba desorientado, ya que no había seguido un
patrón por el cual poder volver en mis pasos, y era un lugar extenso.
Ya había divisado las escaleras, estaba a unos cuantos
metros cuando pasando frente algunas casas, sentí un tirón por la espalda, y
todo se volvió negro, seguido por un golpe en mi nuca y otro en la boca de mi
estómago.
Escuche el sonido de una puerta al cerrar, quisiera decir
que me habían tumbado, pero simplemente tropecé (otra vez), en ello reaccione y
me quite la tela que tenía, pero era tarde un golpe estaba ya en mi cara, solo
vi a 2 personas y el anciano del stand.
Tenía ambos brazos inmovilizados, recibiendo golpes en mi cara y mi abdomen, de
nuevo sin ver nada, ellos me habían atado y sentado en una esquina.
Lo único que podía pensar era en el dolor por los golpes que era mucho más
fuerte de lo que se podría describir. Ya cuando medio pude controlar el dolor.
Escuche la voz.
-“¿Quién te mando?, y ¿como obtuviste esa ropa y esta
espada?”-
Soló eso pude recordar...
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