miércoles, 16 de julio de 2014

Hellgate: Uroboros.


Capítulo 2: Uroboros.

Camine alejándome del “Bosque muerto” tanto como podía, no sé cuánto pude haber estado durmiendo, pero no mucho al parecer, ya que solo con ver esa luna me había dado cuenta de que no se movía en lo absoluto, permanecía inmóvil en ese “cielo”,  el plano no cambiaba a medida que caminaba, era algo más tenebroso que la primera vez que la vi.
Camine hasta volver a ver ese pueblo destruido, y descuidado, observe a mí alrededor, y no divise nada que me pudiera ayudar a conseguir más información, así que seguí de largo de nuevo a mi viaje. Aunque algo diminuto, era distinto a todo lo demás en el pueblo, un símbolo peculiar, que me llamo la atención, estaba en la puerta de una de las casa, casi no se notaba, pero era algo que me distrajo, no le di demasiada importancia, simplemente pudo haber sido coincidencia haberlo visto. Camine como nunca lo había hecho estando vivo, camine hasta al fin poder salir de ese punto, y pude ver como una inclinación leve se iba mostrando, y bajando se podía ver una especie de árido desierto, tan ancho como extenso, largo como nada, no se podía ver nada más que arena, y a lo lejos, una silueta de un árbol muerto, por la distancia pude ver que era algo gigantesco, así que sin más camino por el cual ir, fui casi inmediatamente hacia esa silueta, pero antes de partir, mire una última vez ese lugar, con un poco de resentimiento por lo acontecido, y así me encamine.
Mientras iba cambiando el suelo, de rocoso y duro, al suave y arenoso suelo de ese desierto, el calor del ambiente iba aumentando, y un soplido de abrazador calor hizo sentir que mi piel se derretía, ya era tarde de arrepentirme, así que solo, avance concentrado en solo continuar, con el silencio agobiándome, y una sin fin de memorias, que parecían no tener significado, eran de mi vidas pasadas claro está, no tenía una idea clara de que eran ni porque aparecían de repente sin más, aunque una imagen que cada vez que salía me hacía recordar algo de esa, la última vida que tuve, era una joven de belleza excesiva que veía en distintas ocasiones, pero no había una línea de tiempo concreta, simplemente vagaban los recuerdos, no logre entender nada, ya había avanzado un poco cuando tropecé con algo que estaba oculto en la arena. Un viento caliente soplo nuevamente, con más intensidad y calor que la vez anterior, levanto un poco de arena, el dolor en el momento fue insoportable, pero no había de mas, tenía que soportarlo, viendo que era lo que se encontraba a mis pies, no te un trozo de tela negra que sobresalía, era una capa, que alguien llevaba puesta, pero ya era tarde para él, al parecer sucumbió al calor de ese árido lugar y permanecía allí inmóvil, como los demás cuerpos del pueblo, simplemente que este me lanzo una mirada vaga y de dolor, con sus ojos secos quizás por el lugar, o por la arena, nunca sabré porque, pero esa mirada intimidante me decía que iba a ser un duro camino, cuando iba a seguir avanzando, una voz de la nada me dijo –“Agárralo, eres libre de hacerlo, estas en el infierno, y es mejor que andar descubierto”- Un acontecimiento extraño, sin nadie más que ese sujeto sin propósito y yo en los alrededores, pensé que se trataba de algo más que un simple ser humano, solamente pensé: -“bueno, es el infierno, tengo que acostumbrarme a los acontecimientos extraños.”- Decidí hacer caso a ese consejo, y tome la capa negra, y al hacerlo me di de cuenta, que no solo tenía la capa, si no también, una espada corta, algo rudimentaria, no entendía para que querría algo, y caí de cuenta a lo que se refería la voz, y de inmediato la agarre, y partí sin mirar atrás, con algo de remordimiento por lo que hice, pero –“es el infierno, si él está allí es por algo, además no debo titubear, si no, no lograre conseguir información.”- tenía que dejar a un lado esos sentimientos humanos hasta por lo menos lograr mi meta, luego allí decidirá la suerte que es lo que pasara.
Seguí caminando, ya alejado del cuerpo, y del pueblo estaba frente a una leve colina de arena, intentado subir resoplo un viento de calor infernal y devastador, sentía como me deshidrataba con solo sentir en aire que tocaba mi piel, cansado y exhausto decidí sentarme en la sima de la colina, pero de repente el árbol que tenía en frente desapareció, se esfumo como las huellas que iba dejando, no daba credibilidad a lo que veía, pero era de esperarse, me calme y trate de analizar todo, mirando el alrededor, tratando de ver qué pasaba, pero todo era un desierto que se extendía y no parecía tener fin, a mi derecha solamente se observaba arena, al igual que a mi izquierda y frente de mí, y a mi espalda solamente el paisaje cambiaba, pues solo se veía una lejana sombra de unos pequeños edificios. Por un momento mi mente callo confusión y me altere, sentí frustración e ira, y de nuevo resoplo un viento caluroso, este era aún más caliente que los anteriores y también duro más que los anteriores. Aunque fue doloroso soportar eso, desearía que alguien pasara por eso, si no fuera gracias a ese viento, no pudiera haber llegado hasta donde estaba. Logre calmarme, intente poner en calma mi mente, pensar bien lo que haría a partir de ese momento, o era tratar de regresar, sin saber si en algún momento también podría perder de vista el pueblo y perderme, -“calmado, calmado”- susurre para mí mismo. Si podía perderme de regreso, pues ya no daba mucho si lo hacía siguiendo el mismo camino, me decidí debía seguir adelante. Fue un duro camino, no lo niego no tenía un punto de referencia exacto solamente iba hacia adelante, camine durante un buen rato hasta que volví a tropezar, mi mente volvió al pánico, temía lo peor, había girado y regrese de nuevo a donde estaba el cuerpo, no quise mirar, sentí cada vez más frustración. Respire, me di una idea un poco alegre, “quizás solo sea la raíz de un árbol”, algo que me costaba mucho creer, estaba en UN DESIERTO, pero aun por más loco que pareciera, si fue así, era la raíz de un árbol, tenía duda de que estaba cerca de ese árbol muerto, sentí alegría, y de inmediato me levante, camine más  a prisa, iba a dar el siguiente paso en busca de información cuando, volví a tropezar, pensé en voz alta -“mierda estoy más en el suelo que parado”- a lo que un joven me respondió –“bueno así puedes ver las cosas desde otro ángulo”- Me sorprendí al ver que quien me hablaba estaba acostado casi enterrado en la arena, estaba muy tranquilo para alguien que se encontraba en el infierno.
–“Tienes razón en algún punto”- Le dije.
 –“Debes calmarte más, igual, no eres más que un simple alma en pena”- Contesto con un tono algo arrogante.
De una vez sin salir de mi mente la meta le dije –“En dónde me encuentro?”-.
“Ya deberías saberlo, es el infierno”- contesto aun con ese tono arrogante.
–“Si, pero que parte he cruzado el desierto y creo que me perdí, además estoy buscando información”- dije.
Me miro por encima del hombro y me dijo. –“Ya perdiste la cordura o qué? Acaso no sabes nada, no me hables de esas cosas, y me importa mucho menos si estás perdido o no, ese es tu problema no el mío.”-
Seguí caminando con cuidado y no le preste más atención, siguiendo las raíces pude ver como levemente iba bajando, hasta llegar a la orilla de lo que parecía, una base subterránea. Era un cráter enorme, rodeado de raíces, parecía una fortaleza natural, se podían ver personas acomodadas por debajo, alrededor y algunas encima de las raíces gigantes de ese árbol, pero el árbol solo llegaba hasta el inicio del tronco, -“y lo de más”- pensé. Saque una pequeña hipótesis con lo que mis ojos podían ver, no era un corte “perfecto” ni algo parecido así que no lo habían cortado en esa altura, además de que  parecía que una parte por arriba de donde desaparecía completamente estaba suspendida, era un pedazo de corteza no muy grande, pero tampoco tan pequeño para no verle, era extraño, parecía que estuviera rodeado de algún gas.
Pude ver una especie de escalera que estaba hecha con una de las raíces, fui hasta ella y baje, al ir acercándome destaque un número considerable de personas, más de las que había podido ver antes, sentía que ahora conseguiría algo de información que me ayudara, estaba un poco contento, y me decía a mí mismo -“Ya estás un paso más cerca de la meta, falta poco”- sin imaginar cuan largo seria el camino hasta el final.
Bajando pude ver de nuevo el mismo símbolo que vi en la puerta de esa casa al salir del pueblo, esta vez se distinguía mas, pero estaba casi que oculto, disimulado junto con otros 8 símbolos distintos, pude distinguir 4 de ellos, pero ese símbolo no me recordaba a mucho, simplemente un vago recuerdo de haberlo visto y saber su significado, pero no estaba muy seguro y tenía dudas.
Ya casi llegando al fondo del cráter me puse la capucha de la capa, por la experiencia previa que había tenido no quería llamar mucho la atención, y hacer el menor escándalo posible. Así empecé en la búsqueda de un lugar donde podría tener suerte de buscar información, parecía ser que me encontraba en algo que se podría decir “aldea” y cerca del centro estaba un “bazar”, fui acercándome para ese lugar, observando detalladamente mi alrededor, en busca de una pista, y note que dos personas me miraron intrigadas al parecer por mi aspecto, y note que no solo ellas dos, más adelante cerca del bazar otro me miro igual. Fui viendo stand por stand, escuchando cada cosa que decían, tratando de sacar información, y ver donde podía conseguir, las pláticas eran algo extrañas, y no le podía sacar nada ventajosas. Ya casi habiendo recorrido la mitad pude notar que en un stand había un número un poco inusual de personas, más que en los demás, se trataba de algo raro, estaba viendo al parecer una especie de trueque, el sujeto estaba cambiando algo parecido a una roca, a mí parecer mineral, me acerque a ver. Se podía escuchar la voz de comerciante diciendo: -“Sé que no es fácil de conseguir pero no es imposible, además yo no necesito de eso ni sé a quién venderle”- cuando se me acerco alguien por la espalda, y me dijo simplemente: -“Uro”- Era un maníaco, quizás, me confundió con otra persona tal, pero pude entender que era una especie de clave, así que simplemente me fui del lugar, no quería un escándalo si decía algo y me atacaba por sin motivo, mirando la cara de las personas a mi alrededor, todas tenían caras largas, serias y de mal humor, apresure el paso y seguí investigando.
-“Uro, uro, uro…”- esa palabra resonó en mis pensamientos un tiempo, hasta que, al llegar a un stand, vi algo escondido, de nuevo el símbolo “uro… uro…” un recuerdo llego de la nada, -“Uroboro, el símbolo de la perfección”-, como no eso era, pero que hacían símbolo en el infierno, y a que se querría referir con él.
El stand estaba sin nadie cerca, y solo se veía que poseía un par de manuscritos a la vista, una especie de mezcla quizás para generar fuego, y un poco de tela. Me acerque y mire de por encima los manuscritos, eran solo historias de hallazgos del siglo XVIII.
-“Le interesan alguno de ellos, son los más recientes descubrimientos de la era”- me dijo el anciano.
-“Muchas gracias pero solo ando mirando, aunque no me parecen muy recientes”- Le dije.
-“Oh ya veo, de una época superior, pues no creo que le interese mucho lo que vea”- Me contesto el anciano.
Bajando un poco el tono y enseriando un poco, le dije –“Puede que si haya algo, algo de perfección, o algo parecido quizás de…”- mirándolo fijamente y bajando el tono de mi voz –“Uroboro”.
El anciano pareció un poco extrañado, y alterado, pero mantuvo la calma al contestarme –“Si va a estar hablando cosas absurdas sin hacer una oferta, entonces joven, se puede ir”-
Resignado me fui, ya al menos tenía algo, uroboro, y tenía un lugar al que podría regresar luego. Primero tendría que ver si no encontraba algo más.
Fui a ver de nuevo bien la casa con el símbolo de uroboro que había visto al bajar las escaleras, decidido fui, aunque estaba desorientado, ya que no había seguido un patrón por el cual poder volver en mis pasos, y era un lugar extenso.
Ya había divisado las escaleras, estaba a unos cuantos metros cuando pasando frente algunas casas, sentí un tirón por la espalda, y todo se volvió negro, seguido por un golpe en mi nuca y otro en la boca de mi estómago.
Escuche el sonido de una puerta al cerrar, quisiera decir que me habían tumbado, pero simplemente tropecé (otra vez), en ello reaccione y me quite la tela que tenía, pero era tarde un golpe estaba ya en mi cara, solo vi a 2 personas y el anciano del stand. Tenía ambos brazos inmovilizados, recibiendo golpes en mi cara y mi abdomen, de nuevo sin ver nada, ellos me habían atado y sentado en una esquina.
Lo único que podía pensar era en  el dolor por los golpes que era mucho más fuerte de lo que se podría describir. Ya cuando medio pude controlar el dolor. Escuche la voz.
-“¿Quién te mando?, y ¿como obtuviste esa ropa y esta espada?”-

Soló eso pude recordar...



No hay comentarios.:

Publicar un comentario